La Policía llegó a los asesinos del ‘crimen de la etiqueta’ gracias a la huella dactilar de uno de ellos

El Grupo V de Homicidios de Madrid de la Policía Nacional averiguó la identidad de uno de los presuntos asesinos del crimen de la etiqueta, en Madrid, gracias a una huella dactilar que la Brigada Provincial de la Policía Científica logró rescatar de una bolsa de plástico verde depositada sobre la cama del fallecido, Freddy Mauricio P.E., de 50 años, dueño de una agencia inmobiliaria. Su dueño estaba fichado.

La inspección ocular del domicilio de la víctima, Freddy, en la calle Sierra Toledana 15, destacaba que se encontró además de la etiqueta de un comercio chino llamado «Super Bazar», una bolsa verde que no parecía corresponderse con ninguna otra bolsa de la casa. En ese plástico, la Policía Científica rescató una huella dactilar y resultó que su propietario estaba fichado por varios delitos.

El informe de la Policía Científica dice que «se asienta sobre un lado de la bolsa una huella de identificación lofoscópica, la que una vez realizado su estudio, análisis y cotejo en las bases de datos policiales, se corresponde al llamado Porfirio N.V., nacido en Vicente Noble (República Dominicana) el día 11 de mayo de 1985 (…) con domicilio en Azuqueca de Henares».

Lo interesante de la identificación era que al «llamado Porfirio le constan un total de cinco detenciones por la Policía Nacional, correspondiendo a los delitos de malos tratos físicos (2005), reclamación judicial (2006), atentado contra agente de la autoridad (2009) y robo con violencia e intimidación (2011).

A juicio de los investigadores, según refleja el informe al que ha tenido acceso OKDIARIO, «a pesar de que Porfirio presuntamente portase guantes de látex para realizar el asalto a la vivienda, es probable que no acudiese desde su domicilio en Azuqueca de Henares hasta el domicilio de la víctima con los guantes puestos, por lo que, con bastante probabilidad al transportar la bolsa de color verde con los útiles en su interior, este sería el momento en que Porfirio N.V. dejase su huella dactilar impregnada en la bolsa de plástico verde, lo que permitió su identificación».

Una vez conseguida la identificación de uno de los dos presuntos autores materiales de los hechos se procedió a «pinchar» el teléfono de Porfirio. La Policía sospecha que fueron dos y no tres los autores materiales porque en la casa de la víctima se encontró una caja de guantes de látex, llevado por los asesinos, en la que faltaban dos pares y no tres.

Durante las horas que suceden los hechos, entre las 9.40 horas y las 10.55 horas, los investigadores constatan una actividad telefónica de unas 12  llamadas en apenas una hora. Una de las llamadas es a Cipriano E.C., de origen dominicano y al que le constan un total de 22 detenciones por la Policía y otras tres por la Guardia Civil. Los motivos son variados, desde estafas a usurpación de estado civil, malos tratos, quebrantamiento de condena, etc… Otras llamadas son efectuadas a Nicolás F.R., dominicano al que le constan dos detenciones por parte de la Policía por tráfico de drogas y atentado a agente de la autoridad, así como una detención realizada por la Guardia Civil por «malos tratos habituales».

En relación a los efectos encontrados en casa de la víctima, bridas, cinta americana y guantes de látex, «los investigadores del Grupo V de Homicidios consideraron de gran importancia localizar el establecimiento comercial donde fueron adquiridos estos utensilios (…)» y por eso en diciembre pidieron la colaboración ciudadana para encontrar una etiqueta similar a la hallada en casa de la víctima. Buscaban el comercio porque «en el interior de una bolsa de basura localizada en la cocina, una caja de guantes de vinilo a la que faltan 4 guantes de los 10 que contiene la caja, figurando también en el paquete la etiqueta «Super Bazar» de color naranja, así como la cantidad impresa de 1.80 € » y «una brida de color negro usada para atrapar las manos de la víctima, así como varias bridas de similares características esparcidas por el suelo de diferentes estancias de la vivienda».

Fruto de la colaboración ciudadana, la Policía encontró un «establecimiento comercial situado en la calle (…) de la localidad de Parla (Madrid), local denominado (…)». Los policías compraron en el mismo establecimiento objetos similares a los que encontraron en casa del muerto como guantes, bridas y cinta americana y comprueban que el precio de los guantes es el mismo, en concreto 1.80 € con la numeración separada por un punto y, sin embargo, «en la etiqueta de la cinta americana de color negro, la numeración 1,35 € se encuentra separada por una coma, siendo este un detalle muy significativo a la hora de valorar este local concreto», explica la Policía en su informe.

En este punto los investigadores se hicieron una pregunta: «¿Por qué los asaltantes dejan la caja de guantes y el trozo de cinta americana con la inscripción «Super Bazar» pero no el envoltorio donde se encontraban las bridas?»

La respuesta fue reveladora, porque «en la etiqueta naranja no existe ningún rango identificativo del establecimiento si bien en el envoltorio en el que van las bridas y que tiene una etiqueta distinta y a su vez distintiva de las anteriores se observa que en su marbete se puede observar claramente la leyenda (…) unida al precio número de 2,50 € por lo que en caso de que los asaltantes hubieran dejado en la vivienda este envoltorio de bridas se podía haber localizado con más rapidez este establecimiento». La Policía incluso determinó que la compra de los utensilios usados para amordazar a Freddy Mauricio fue realizada el 9 de noviembre de 2021 a las 11 horas y 45 minutos y en esa zona ubicaron los teléfonos móviles ese día de los dos primeros detenidos, Porfirio N.V. y Nicolás F.R. Precisamente las llamadas del teléfono de Porfirio llevaron hasta Alexandre B.F, considerado junto a éste uno de los autores materiales del asalto y muerte de Freddy.